Friday, October 06, 2006

Hago películas para que nadie las vea, confiesa Arturo Ripstein

"Hago películas para que nadie las vea", confiesa Arturo Ripstein

"Soy un viejo amargado y la amargura puede volver respetable la jactancia", señala el director

Hemos dejado el razonamiento por el delirio; ahora todo lo determina la complacencia, dice

Con tres copias se estrena hoy en la capital del país su cinta La virgen de la lujuria

JUAN JOSE OLIVARES


Arturo Ripstein es uno de los cineastas mexicanos más reconocidos. Ha realizado películas fundamentales en el historial del cine nacional contemporáneo, que han competido y ganado en los festivales más importante del mundo (Cannes, Venecia, San Sebastián). También ha recorrido todos los escalones del cinematografista (asistió a Luis Buñuel) y desde niño pisó diversos estudios, debido a que su padre, Alfredo, es uno de los productores mexicanos más relevantes. Sin embargo, su prolífica e interesante producción ha sido más vista en el extranjero que en el país.

Este día se estrena -un asunto digno de Ripley-, con tres copias, una de sus cintas, La virgen de la lujuria, adaptación de la historia de Max Aub, situada en los años 40 del siglo pasado en México, que narra la vida un camarero (Luis Felipe Tovar) y su relación sadomasoquista con una prostituta española. El personaje es capaz de cualquier cosa para merecer el amor de Lola, incluso matar al dictador español Francisco Franco. En tanto, su reciente producción, El carnaval de Sodoma, se exhibirá en el festival de Morelia.

"Esta película quedó como tantas otras mías: huérfana. Ya me habitué, no me queda más remedio que haberlas hecho y ya. Hago películas para que no las vea nadie; es una pesadilla, aunque no necesariamente, porque entonces no habría nadie que me repele.

Sorpresa por el estreno

"La palabra habituarse es atroz. Soy uno de los cineastas en México a quien no le han estrenado un sinnúmero de películas, desde La mujer del puerto (que se estrenó en todos lados menos aquí) y el documental Los salvajes del tiempo, entre otras. Todo mundo a oído hablar de mí, pero no han visto mis películas. Esto pasa porque vivimos en México. Voy a exigir un recuento de espectador por espectador y boleto por boleto", asegura en entrevista.

Una llamada de La Jornada pone al director en antecedente del estreno de su cinta. "No tenía noticia de que lo hicieran; como mis productores desaparecieron del planeta, pues como Jorge Sánchez se fue a Brasil y Alvaro Garnica a Estados Unidos, la carrera de mis trabajos dejó de existir desde hace rato. La derrota ya es un hecho.

"Ahora hay una especie de género nuevo que es el cine de festivales, cintas que sólo ahí se pueden ver. Vas a uno y sabes que hay 70 películas y es asombroso que las hayan hecho en tiempos de una censura brutal e incuestionable que es la económica, porque no se puede discutir con alguien a quien le dices 'quiero hacer este proyecto' y te dice 'es inviable'.

"Tenemos cierta parte del ente financiero estatal que produce cine comercial de calidad, que quiere decir que está bien expuesta la película o que los cortes no son desopilantes".

Fin de una era

Para Ripstein, quien junto Felipe Cazals, Pedro F. Miret y Tomás Pérez Turrent, entre otros, fundaron en los años 70 el grupo Cine Independiente de México, es un supuesto que en la actualidad le vaya bien al cine mexicano.

"¿Cine mexicano con Brad Pitt? A (Alejandro González) Iñárritu te lo encuentras en las portadas de las revistas como un director metrosexual. Es parte del atractivo. Más de allá de que sean buenos o malos (sus filmes), ya es indiferente. Vivimos en un mundo mediático, es el fenómeno Lucia Méndez: si no estás en la televisión no existes. Hemos dejado el razonamiento por el delirio, y éste es el único que nos determina", asegura.

Para Ripstein, "los cineastas de este territorio no estamos dispuestos a conformarnos con eso. Sin duda, pero hay quienes están de cara a Hollywood y quieren hacer sus películas iguales que las de Bruce Willis, pero siempre hay una bola de loquitos que creen que pueden tener buenos cuentos que narrar".

-¿Se incluye en ese grupo?

-Yo nada más miro. Mis cintas no son tan buenas. Soy un viejo amargado y la amargura lo que puede hacer es volver respetable la jactancia. Es la ventaja de un país jedontofílico como este, en el que llegas a cierta edad y puedes darte el lujo de decir cualquier barbaridad sólo porque eres un viejo amargado, pero no justificado por mis películas, que han ido de malas a peores.

"Se terminó lo que hacíamos nosotros y el cine que hago jamás va estar en salas; para éstas sólo va a existir Spiderman y sus secuelas. Será sólo por el sitio de internet You tube o en sesiones peligrosas. Ya me conformo con que esté terminada la película."

Ripstein dijo en Argentina que su trabajo era poco valorado en México, lo cual es cierto. "Los valores culturales ahora son rescatados por un grupo de 15 personas. Por ejemplo, en medio de las broncas electorales y las poselectorales nadie habló de cultura. Es como si la cultura no existiera en este país y es el único fenómeno exportable.

"Todo se posterga o se frustra. Parece que es el destino que nos corresponde. El éxito en este oficio consiste en tener suerte. Estar en el momento justo, en el tiempo justo, y eso es raro y singular. No quiero pensar qué pasaría si en este momento saliera la novela Cien años de soledad; estoy convencido de que sería uno más del montón de libros que salen a la venta.

"Ahora todo está determinado por campañas formidables, por cosas complacientes". Pero "sigo rodando porque meterse de director de cine es uno de los trabajos más divertidos del mundo, siempre que no se piense si funcionará o no, si vas a estar bien o mal. Yo me metí desinteresadamente y supe que me gustaba mucho. Una vez que estoy en un rodaje, la paso teta."

"Mi público es la piratería"

Ripstein espera que El carnaval de Sodoma -con guión de Paz Alicia Garciadiego, basado en una novela del dominicano Pedro Antonio Valdés- salga pronto en dvd, porque ya "tengo mi público de piratería, que son 14. Cada vez que hago una película invito a todos mis espectadores, caben en una mesa, es un grupo definido: los TaliRipstein".

La obra de Ripstein incluye El castillo de la pureza, La viuda negra, El imperio de la fortuna, Así es la vida, La perdición de los hombres, El santo oficio, El palacio negro, El coronel no tiene quien le escriba, Profundo carmesí, La reina de la noche, El evangelio de las maravillas.

Algunos de sus trabajos más interesantes los ha realizado sobre el guión de su pareja, la escritora Paz Alicia. "Ella está presente en todo el rodaje; discutimos las diferencias; es como una embajadora plenipotenciaria con el equipo. Es el elemento de serenidad, pero por supuesto no me dice qué hacer, si no ella fuera la directora. Cuando me hago bolas pregunto".

La virgen de la lujuria se exhibirá sólo en los Cinépolis Diana, Cinemex Insurgentes y Lumiere Reforma. Ver horarios en cartelera.

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